Donald Trump oficializó su precandidatura a la presidencia de Estados Unidos para el 2024, pero en esta oportunidad los vientos y mareas están en su contra. El partido Republicano no se encuentra del todo cohesionado en torno a su figura como una vez lo estuvo, y además, las múltiples investigaciones judiciales y federales en su contra no le pronostican un camino fácil de vuelta a la Casa Blanca.
El empresario y disruptivo Donald Trump entró en escena en 2017, cuando se hizo con la presidencia con un gran respaldo de la población estadounidense. Su gestión populista, y su discurso cargado de pasiones y divisiones, lo llevaron a perder contra Joe Biden la reelección en su cargo.
En su despedida, el histórico ‘asalto al Congreso’ le marcó con una sombra que disminuyó su magnetismo entre sus aliados y seguidores, dando como consecuencia la oposición de su vicepresidente y más fuerte aliado, Mike Pence. A este hecho, investigado por la justicia, se le suman la ocultación de papeles secretos en su casa en Florida, intentos de fraude fiscal en sus cuentas empresariales, y el esfuerzo por anular las elecciones del 2020.
Hoy el partido Republicano se encuentra en un gran dilema, con una gran cantidad de moderados que se oponen a la candidatura de Trump. Las elecciones de Medio Tiempo del 8 de noviembre demostraron que aquellos candidatos republicanos que se refugiaron bajo el ala de Trump no tuvieron chance alguno. Si sacamos cuentas, y recordamos que también perdió las elecciones de Medio Tiempo durante su gestión, Trump ha sumado más derrotas que victorias electorales.
De forma natural, otra figura carismática surge en el seno del partido Republicano como contraparte al liderazgo de Trump. Ron DeSantis, actual gobernador de Florida, aparece en las encuestas como su principal rival. Sin embargo, no ha mostrado intención de postularse para las presidenciales del 2024, pero en dos años todo podria cambiar súbitamente.
Ante todos estos hechos, es notable que Trump se encamina a la presidencia con plomo en el ala y muchos tropiezos. ¿Podrá resurgir como el ave fénix y cautivar nuevamente a la ciudadanía estadounidense? Te leemos.