Con la confirmación de la aspiración presidencial de Juan Pablo Guanipa se van perfilando ante la opinión publica las propuestas del partido Primero Justicia para las primarias del 2023. Si miramos con lupa este proceso, a lo interno de la tolda amarilla distintos sectores se disputan el liderazgo: entre Guanipa, Carlos Ocariz, y H. Capriles, podemos evidenciar las fracturas en la propuesta que realiza Primero Justicia, un partido que no se encuentra del todo unido de cara a las elecciones presidenciales.
Tardíamente, PJ ha venido reuniendo a sus miembros del Comité Político Nacional y la Junta de Dirección Nacional para tomar una decisión sobre cómo se escogerá al candidato. Capriles no ha oficializado su candidatura, pero resuena entre los favoritos. Guanipa y Ocariz, por su parte, apuestan a que todo militante del partido pueda decidir, lo que requiere un proceso de elección interna más que un consenso entre las autoridades.
Ocariz recientemente lanzó el «Movimiento por la Democracia Directa y la Propiedad Privada en Venezuela», un claro esfuerzo por captar a militantes desencantados, pero que implica el riesgo de causar «confusión en los seguidores del partido», según ha criticado Guanipa. En un lógico esfuerzo por contrarrestar la campaña de su adversario, Guanipa cuenta una amplia trayectoria política a nivel regional y nacional. Se ha destacado por haber participado activamente en la Presidencia Encargada de Juan Guaidó, haberse negado a juramentar su cargo como gobernador ante la Asamblea Nacional Constituyente, haber promovido la abstención electoral, y apoyar abiertamente la narrativa de las sanciones internacionales como método de contención y presión al oficialismo.
Pero entre sus cartas, Guanipa no tiene el apoyo de la dirigencia nacional del partido, como sí lo posee Carlos Ocariz. Esta es, sin duda, la mayor de las desventajas que enfrenta su candidatura.
Sin embargo, el «tequeño crudo» (refiriéndose a sí mismo en un vídeo viral de TikTok), ha avanzado en su estrategia de comunicación política en redes sociales, lo que le abre una gran ventana para conectarse con su electorado. Esta podría ser la ventaja sobre Carlos Ocariz, quien no ha logrado construir una marca política carismática.